Parashat Emor
Leviticus 21-24
En la primera frase de esta parashá se repiten diferentes formas del verbo “decir” (alef, bet, resh) tres veces: Dios le dice a Moshe que le diga a los hijos de Aarón, y les diga. Ciertamente, sabemos que si abrimos la Torá al azar es probable que nos encontremos con una frase que empiece con algo así como “Y le dijo Dios a Moshé…”, ya que son muchas las veces que Dios habla y Moshé transmite al pueblo de Israel. Pero en esta ocasión parece hasta excesivo el uso del verbo decir, aunque los comentaristas lo achacan a la necesidad de que se transmita el mensaje no solo a los sacerdotes, sino a sus hijos, es decir, que se asegure la transmisión.
Por el contrario, raramente leemos algo así como “Y el pueblo escuchó atentamente.” No solemos leerlo porque ya solemos hacerlo, o al menos, se nos enseña que así debería ser “al levantarnos y al acostarnos” como reza el primer párrafo que compone el Shemá es decir, “escucha”. Dios nos dice muchas cosas en la Torá a través de Moshé, pero somos nosotros mismos los que nos recordamos que hay que prestar atención al recitar el Shemá, al decir “escucha, Israel”. No hay transmisión que valga si no escuchamos, si no prestamos atención, por mucho que el verbo decir se repita hasta tres veces, y aunque sea Moshé quien lo diga. Es decisión nuestra tomarse un tiempo, prestar atención, respirar hondo y recordarnos a nosotros mismos “Shema, Israel…”, y solo tú puedes entender qué estás escuchando.