Pesaj 5784: Este año es diferente a todos los años
Esta noche no solo cantaremos Ma nishtaná halaila haze, esta noche hablaremos sobre Ma nishtaná hashana hazé. ¿Por qué es este año diferente a todos los demás años? Porque cada año tenemos una silla vacía esperando a Eliyahu, pero este año tendremos 133 sillas vacías, y muchas otras, todas aquellas sillas que hubieran ocupado los que fueron cruelmente asesinados y/o secuestrados el 7 de octubre de 2023. Cada Pesaj tenemos una copa rebosante de vino para Eliyahu y otra de agua para Miriam, pero este año tendremos una copa vacía para todos los ausentes. Este año con cada pregunta, con cada respuesta, con cada uno de los símbolos de nuestro seder de Pesaj, será inevitable hablar y recordar a los ausentes, a aquellos que perdimos, y a aquellos que esperamos que regresen.
El maror ya no será una hierba amarga que recuerda un pasado remoto entre las pirámides de Egipto, el maror nos reafirmará la amargura que estamos viviendo. El agua salada en la que mojamos las hierbas, no será solo un símbolo de las lágrimas que vertieron los esclavos en Egipto, sino que representará las lágrimas que hemos derramado desde el 7 de octubre. La matzá que partiremos no será solo para que los niños puedan encontrar el afikoman, sino un símbolo que que algo se ha roto dentro de nosotros mismos. Este año encontrar el afikoman no será solo un juego de niños, este año será un símbolo de cómo estamos tratando de encontrar la pieza que parece haberse roto dentro de cada uno de nosotros, aquello que nos falta para poder seguir adelante, enteros, como individuos ante toda esta terrible oleada de incomprensión y antisemitismo que estamos viviendo, pero también, será un símbolo de cómo reconstruirnos como comunidad y como pueblo.
Este año resultará muy extraño tratar de encontrar un mensaje de esperanza y alegría en el seder, será muy difícil desearnos un Pesaj alegre, pero no debemos perder la esperanza, porque los símbolos están ahí, y debemos saber encontrarlos. Como he dicho antes, como si fuéramos niños en busca del afikoman, esta noche debemos tratar de encontrar ese pedazo de matzá que se ha roto dentro nuestro. Y los elementos están ahí, a nuestro alcance, en la keará dispuesta ante nosotros en el seder.
Para empezar, el jaroset. ¿Qué es el jaroset sino el elemento más dulce de toda la keará? Sea la receta que sea, es el elemento más dulce de todos. Pero lo que representa dista mucho de ser algo dulce, sino más bien amargo. ¡Qué ironía que la argamasa con la que se supone que construíamos las pirámides sea el elemento más dulce de nuestra keará! ¿Por qué? ¿Por qué convertir ese símbolo de esclavitud en algo tan dulce? Porque la argamasa servía para construir, aunque fueran pirámides, y esa misma argamasa que tantos pesares y tantos disgustos nos causó en Egipto, la hemos convertido en nuestro seder en la receta para endulzar las hierbas amargas, la lechuga, el apio e incluso la insulsa matzá. Hemos transformado un símbolo de esclavitud en un símbolo de esperanza en un futuro más dulce en el que hasta la argamasa es dulce.
La matzá no será lo único que hoy romperemos, también al recordar la huida de Egipto, recordaremos cómo las aguas se abrirán, o “romperán” para que el pueblo huido de Egipto pueda atravesarlo y llegar al otro lado sanos y salvos, y así nacer como pueblo. Miriam será quien lidere la travesía por el “Mar de Juncos” que se abrirá a su paso, cantando una canción de victoria. Pero la victoria no será solo el haber sobrevivido al ataque egipcio, sino el sobrevivir en el desierto. Por eso recordamos a Miriam con una copa de agua, el agua que gracias a Miriam encontraremos en el desierto. El nombre de Miriam se compone de la raíz de amargo (mr) y de la raíz de mar (iam), “mar amargo”, pero gracias a ella, a ese mar que se abrió para que pasáramos, nos convertimos en seres libres y, después, sobrevivimos en el desierto. El agua no es solo un elemento para sobrevivir en el desierto, sino que el agua es el elemento que nos purifica, como hemos aprendido estas semanas leyendo Vayikrá, y nos renueva, por muy amarga y dura que sea la experiencia.
¿Qué es diferente este año de los demás años? ¿Qué es diferente esta noche de todas las noches? Este año el ritual que se transformará en relato, será un ejercicio de memoria de recuerdos pasados, de amigos, familiares, conocidos y desconocidos que hoy no pueden estar aquí en este seder que celebramos todos los judíos esta noche. Esta noche no podremos sentirnos libres por más que queramos, ni alegres, ni creeremos que es suficiente, lo dayenu. Este año tendremos que desear la libertad, la alegría y volver a creer que es suficiente, dayenu, para poder volver a recibir a todos los que ya no están y puede que nunca vuelvan, con la entereza suficiente del que debe seguir adelante a pesar de todo.