Parashat Pinchas
Numbers 25:10-30:1
En la porción de la Torá de la semana pasada, Pinchas actuó para detener una exhibición pública de inmoralidad. De este modo se derivó la plaga de la retribución que estaba matando a las multitudes. Él es recompensado por ser hecho un Cohen - por Decreto Divino.
El Todopoderoso ordena a Moshé que ataque a los madianitas en retribución por el complot licencioso que los madianitas perpetraron contra los israelitas. Se toma un nuevo censo del pueblo judío que revela que hay 601.730 hombres disponibles para el servicio militar. Dios dirige la división de la Tierra de Israel entre las tribus. Los levitas son contados. Las hijas de Tzelafchad se presentaron a petición de Moshé con respecto a su derecho de herencia. Moshé pregunta al Todopoderoso que responde a su favor.
Moshé pide al Todopoderoso nombrar un sucesor y el Todopoderoso ordena a Moshé designar Yehoshua (Josué). La porción de la Torah concluye con las varias ofrendas - diarias, Shabbat, Rosh Chodesh y días festivos.
Cuando se le dijo a Moshé que estaba a punto de morir, le dijo a Dios:
'Que Dios, el Dios de los espíritus de toda carne, designe un hombre sobre la congregación' (Números 17:16).
El Midrash elabora y nos dice que Moshé pidió al Todopoderoso: 'Sabes que la mente de un individuo no es similar a la de otro, nombra un líder sobre la congregación que será capaz de tratar con cada individuo según su mente' (Bamidbar Rabá 21:15 citado por Rashi).
El rabino Chaim Shmuelevitz comentó que si bien un orador público podría jugar un papel importante en influir en los demás, no es un verdadero líder. Un verdadero líder es aquel que entiende cada persona individualmente y trata con cada uno en consecuencia. El Midrash (Bamidbar Rabbah 21: 2) afirma con respecto a este versículo: 'Así como las características faciales de las personas son diferentes, también lo son sus facultades de pensamiento'.
Por esta razón, Moshé pidió que Dios eligiera un líder que sería capaz de tratar con cada persona según su mentalidad individual. Rav Mendel Kotzker comprendió que podemos aprender una lección de este Midrash para evitar disputas y luchas por opiniones diferentes. Al darse cuenta de que, al igual que nadie se ve perturbado por el hecho de que otros no tienen sus rasgos faciales exactas, podemos apreciar y aceptar que no hay dos personas siempre de acuerdo en todos los asuntos.