Parashat Vayikra
Leviticus 1-5
El tercer libro de la Torá empieza con una invitación a Moshé a escuchar lo que Dios le va a contar. Los comentaristas han debatido y reflexionado sobre el significado de esta llamada [ראָ֖קְ ִיַּו [a Moshé. ¿Por qué llamarle para comunicarle algo? ¿No es cierto que todas las interlocuciones entre Moshé y Dios son directas, sin necesidad de llamarle o invitarle a escuchar? Lo que Dios le va a contar son las especificaciones para realizar las ofrendas en el Templo. La palabra que traducimos como “ofrenda” y todos sus derivados verbales para expresar el hecho de “hacer una ofrenda” derivan de la raíz [רבַקָ [ que en hebreo significa “cerca”. Es decir, que Dios “llama” a Moshé para explicarle cómo “acercarnos” a Dios. Hoy en día ya no llevamos ofrendas al Templo, de hecho, en el Talmud babilónico, en el Masejet Berajot 26b leemos que nuestra Tefilá es un substituto a las ofrendas en el Templo. Es decir, que para “acercarnos” a Dios hoy en día, y desde hace cientos de años, utilizamos la tefilá como medio para llegar hasta el espacio sagrado donde habita Dios. No es el único medio, pero sí uno de los más antiguos y con mayor tradición. La tefilá es una invitación para conocer y adentrarnos en el espacio más sagrado, lo que encontremos o no encontremos allí dependerá de nosotros mismos.